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Un día en la vida (50 años atrás)

Publicado: 2011-11-09

Dedicado a mi prima, Cynthia, que los adora tanto más que yo.

Hoy se cumplen 50 años del encuentro Epstein-Beatles en The Cavern. Sin esa fortuita visita del taimado hombre de negocios, una enorme parte de nuestra cultural actual jamás hubiese existido: la obra de los Fab Four, los genios de Liverpool, The Beatles.

Es innegable: la década de los 60 fue la década beatle, plagada de cambios sociales, revolución libertaria y LSD (que no son necesariamente lo mismo, pero vaya que se parecen). Por consiguiente, el conjunto de documentales, películas y artículos que ilustran la carrera del cuarteto inglés es enciclopédico. No hay un solo dato biográfico que no haya sido relamido por la larga lengua del morbo mediático, de la exposición exagerada a la opinión público, como tampoco hay precedente que nos permita entender mejor el boom de esta banda, el fenómeno que significó -y significa- para todos nosotros, mortales. Entendido esto, me dispongo a soltar una serie de comentarios sobre lo más importante de The Beatles: su música. Para esto, mi célebre reproductor musical -iTunes- ha sido abierto. Para el autor de este post, The Beatles son los artistas -"without any shadow of doubt", como dijo alguna vez Ozzy Osbourne- más importantes de todos los tiempos. Y estas son mis canciones favoritas:

5. Ob-La-Di, Ob-La-Da

Sea que te encuentres en una fábrica al sur de China, en un pub de Amsterdam o jugando una pichanga en los cerros de San Juan de Lurigancho, la intro tocada por ese piano -inventada súbitamente por un Lennon furiosamente drogado- es inconfundible. Esta es una de las canciones que mejor ejemplifica el sentimiento beatle por antonomasia: la alegría , esto es, la visión inyectada de esperanza que el amor engendra.  Es que The Beatles es eso, ese es su terreno y a eso deben su inamovible corona. No son lo reyes del misterio y la sensualidad narcótica, como The Doors; no son los insalvables y algo chiflados herederos de un amor imposible y/o trágico, acaso como The Cure; no son los chicos rudos con canciones sobre la calle, el hambre y la pobreza, como mi aclamado Bob Dylan; no son, por cierto, los cuentistas maravillosos que hacen guiños a la total insanía, como Pink Floyd en sus inicios; The Beatles son para mí la voz de la alegría, la fiesta, el triunfo del amor y la esperanza juvenil, y así han logrado influenciar a todas las bandas anteriormente citadas. "Ob-La-Di, Ob-La-Da", en ese sentido, es cantada por un Romeo y una Julieta jóvenes y jocosos, sin la más remota idea de su desenlace, un Romeo y una Julieta que viven el momento sonriendo y nada más les importa; en resumen, un Romeo y una Julieta enamorada, enfrentado a la pluma de Shakespeare (?) con un poco de rock 'n' roll.

4. I Am The Walrus

La historia de esta bien conocida: John Lennon escribe las letras intentando ser lo más incoherente posible, enojado por la carta de un niño que le contaba que su maestra le había dejado de tarea interpretar canciones de The Beatles. Inspirado en los juegos de palabras y el nonsense propio de Lewis Carroll, Lennon logra versos asombrosamente sonoros pero de significado hermético. Muy personalmente, creo que esta es una pieza fundamental para el repertorio de lo que llamaríamos "arte anti academia", en otras palabras, una suerte de manifesto en contra de la idea de rigurosidad que a menudo se tiene del arte. Inspeccionando en otros campos, se puede ver el mismo intento de rebeldía desde Feyerabend y Joyce hasta Cortázar y Duchamp.

3. Penny Lane

Un acervo de cotidianidades da vida a esta magnífica canción. Mientras la melodía avanza, la calle de Penny Lane se va transformando en un espacio maravilloso, es un lugar idealizado acorde tras acorde, hasta llegar a ese inefable bridge de trompetas, que consolida la consagración.

2. Come Together

Considero que esta es la obra maestra de John Lennon. Su estilo único explotado al máximo, con esa voz tenebrosa, y ese estribillo tan incomprensible como estremecedor (shoot me!). Esta canción, encabezando el listado del álbum más elaborado -"Abbey Road"-, avizora lo que vendrá después: cada Beatle trabajando por su cuenta, dejando obras maestras cada cual por su lado como . Tenía que comenzar Lennon, con esta pieza que maravilla hasta el punto de dar escalofríos.

1. A Day In The Life

La obra maestra de The Beatles. John Lennon tiene sus obras maestras, lo mismo con McCartney, pero si hablamos de la banda en conjunto, esta es sin duda su más alta creación, dado que aquí los dos principales compositores de la banda realmente están trabajando juntos, y la influencia de cada uno es asombrosamente complementaria y palmaria: Lennon se encarga de la base, con su tono melancólico y casi fantasmal del que hablábamos hace poco, mientras que McCartney arremete a la mitad con un ritmo más acompasado, de ritmo marcado y energético, con voz fina y clara, juguetona. Solo la mezcla de estilos tan "diferentes" (uso las comillas porque, al unirlos, parece el Todo de un solo Gran Genio) pudo concebir una canción de semejante envergadura, con tremenda maestría lírica e instrumental. Es la fusión perfecta de todas sus canciones, incluso de las que vendrían después, en sus últimos años.

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Para finalizar, quiero dejar un dato: grandes estrellas de la salsa alguna vez hicieron un tributo a los genios de Liverpool, con covers de sus canciones adaptadas al género. El álbum sacado fue: "Tropical Tribute for The Beatles". Clic aquí si deseas escuchar a Celia Cruz cantando "Ob-La-Di, Ob-La-Da". Simplemente increíble.

Pues bien, sea este mi pequeño homenaje a The Beatles. Y que sirva para que más jóvenes se reencuentren con su música. Espero que algún día el número de fans que puede citar 5 álbumes de los Fab Four sea mayor al de aquellos que saben cuánto calzaban cada uno de sus integrantes. Just saying.


Escrito por

Juan Velazco

Incompetente en todas las materias del mercado. Pájaro de una sola pluma.


Publicado en

PARIA XXI

Sociedad, política y Bob Dylan