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Stairway to Zeppelin

Publicado: 2011-11-18

A inicios de este mes se cumplieron 40 años de la aparición del disco "Led Zeppelin IV", llamado así por la ausencia de un título en la portada del vinilo. La banda americana conformada por Robert Plant, voz inconfundible del rock, con unos bucles que le hicieron acreedor al nombre de "Dios de oro del rock", considerado hace poco como el mejor cantante de la historia de este género musical; Jimmy Page, ex Yardbird que, tras haber trabajado con Eric Clapton en dicha banda, buscó una nueva agrupación más acorde con su visión del rock recién nacido en cuanto tal, y es que este genial guitarrista, uno de los más legedarios, tuvo una formación musical con gran influencia oriental, plena de misticismos y simbologías que convirtieron en épicas las canciones de Led Zeppelin; John Paul Jones, bajista y arreglista que para esa época ya había colaborado con muchas otras bandas; y, last but not least, John Bonham, con el mote de Bonzo, a cargo de la batería, dejando una huella imborrable -e insuperable- tras su prematura partida.

La portada del vinilo de "Led Zeppelin IV" mostabra simplemente a un anciano leñador, llevando lo que parece ser un gran haz de mimbres sobre el hombro, y nada más. No hay título, ni autores, ni siquiera una referencia a la discográfica (la célebra Atlantic, la cual creyó haber sacado al mercado lo que sería su ruina comercial, cuando, al final, fue todo lo contrario). Al reverso, una ciudad con un alto edificio que recuerda al McGregor de la PUCP. De esta manera, la banda pretendía mostrar el gran contraste entre el mundo rural y el urbano.

El disco llegaría ser el más conocido de la banda y los consolidaría como una de las mejores bandas de rock de su época y de todos los tiempo -si no la mejor, según algunos entendidos-. Canciones como "Rock and Roll" eran precisamente eso: rock and roll del bueno, del fuerte, de aquel que te levanta de la cama y te alista para clases entre aullidos y riffs inolvidables. "Black Dog" y "When The Levee Breaks" parecen barruntar el auge del hard rock que vendría años más tarde, mientras que "The Battle of Evermore" es un canto épico con tintes folk que te lleva -lógicamente en Zeppelin- hacia un pasado medieval. Y finalmente, la que sería considerada su Magnum Opus, la perfecta "Stairway to Heaven" (Escalera al Cielo), canción que parece más un himno, narrando la historia de una triste mujer que "cree que todo lo que brilla es oro", y develando en cada acorde el misterio de la condición humana.

Aquí en PARIA XXI, se le hace el homenaje respectivo a esta inmortal banda, que supieron mantener el equilibro entre fuerza y prolijidad, entre energía y genio, entre rock and roll y una música que trasciende los límites, a veces injustos, de las categorías y las etiquetas. Dejo una de sus presentaciones más recordadas, donde es imposible no ver al Golden God que Robert Plant llevaba en el alma:


Escrito por

Juan Velazco

Incompetente en todas las materias del mercado. Pájaro de una sola pluma.


Publicado en

PARIA XXI

Sociedad, política y Bob Dylan